La cirugía refractiva, tal como dice su nombre, sirve para corregir errores de refracción como la miopía, astigmatismo o presbicia. Miles de personas se someten a esta cirugía con la intención de dejar de usar lentes y tener una mejor visión. 

No obstante, como con cualquier otra intervención quirúrgica, este proceso conlleva ciertos riesgos y aunque la probabilidad de que sucedan es bastante baja, aún así es mejor estar informado al 100% antes de someterte a esta cirugía. 

Conoce los riesgos de la cirugía refractiva

Infecciones

Se trata de uno de los mayores riesgos, pues los ojos se encuentran en un periodo de propensión a infecciones que abarca de las 48 hasta las 72 horas después de la intervención. 

Aunque el riesgo de contraer una infección es extremadamente bajo, se recomienda llevar un tratamiento con antibióticos para evitarlo por completo. 

Sequedad ocular

La sequedad es uno de los síntomas más comunes en personas que se someten a esta cirugía. Se trata de una consecuencia normal que se debe a la afectación transitoria durante la intervención de los nervios ópticos encargados de la lubricación. 

Para combatir este problema se recomienda el uso de lágrimas artificiales. 

Queratitis lamelar difusa

Se trata de inflamaciones intensas durante la cirugía que pueden dificultar la visión. Afortunadamente no es una consecuencia grave y en general los pacientes se recuperan después de un tratamiento con colirios antiinflamatorios. 

Mala cicatrización

En pacientes que llevaron a cabo su cirugía mediante el método PRK se corre el riesgo de que haya una cicatrización complicada en algunas partes de la córnea. 

A esta afección se le denomina haze y solo ocurre entre el 1% y el 3% de los casos, no obstante aumenta su probabilidad según el grado de miopía a corregir. 

Destellos nocturnos

Pacientes cuya zona a tratar durante en la cirugía refractiva es más pequeña que su pupila son más propensos a experimentar este tipo de destellos tras la operación. 

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