Un crédito hipotecario es una deuda que se adquiere a un plazo de 15 a 20 años y durante ese tiempo pueden pasar mil y un cosas que nos impiden mantenernos al día en el financiamiento.

Si te quedaste sin trabajo, tu negocio quebró, tu o algún familiar fueron diagnosticados con una enfermedad cuyo tratamiento es costosa y en consecuencia no puedes seguir pagando tu hipoteca, te recomendamos hacer lo siguiente:

Habla tu caso: Dicen por ahí que al que no habla, Dios no lo oye. Acércate a tu banco antes de presentar algún retraso y comenta tu caso, ellos sabrán darte opciones para que no pierdas tu inmueble y los intereses no se conviertan en una piedra en el zapato. 

Incluso, todos los créditos manejan un seguro de desempleo, pero tienes que notificarlo al momento para que el procedimiento sea rápido y no interfiera con tus mensualidades. 

No dejes de pagar: Si ya hace 20 días que tu pago no se efectuó, el banco podrá tomar medidas ventajosas y además se intereses, se cargarán gastos de cobranza. 

Negociar: Si el panorama ya se tornó muy drástico y tienes meses sin dar un peso, el banco puede ofrecerte una quita, es decir, disminuir los intereses y el monto de tu deuda pero tendrás que liquidar el resto de crédito de un solo pago. Aunque suene atractivo, no es lo más recomendable ya que te boletinan en Buró y nadie, absolutamente nadie, volverá a prestarte. 

Reestructuración del saldo:  Consiste en hacer una promesa de pago en una fecha específica, esto funciona si tu problema económico es temporal o sufriste un desequilibrio del que puedes sobre ponerte en un plazo corto de tiempo.

Reestructuración del total del crédito.  Se trata de renegociar las condiciones de tu crédito por ejemplo la tasa de interés, el convenio deberá ser por escrito y tu contrato original, modificado. 

Vende tu casa. Antes que tu cuenta llegue a un despacho jurídico, si estás seguro que ya no puedes pagar, encuentra un comprador para tu casa, de esa forma no perderás el dinero que hasta el momento diste. 

Aceptar la dación en pago. Puedes regresar el inmueble con la intención que sea revendido en una subasta, si por alguna razón no logran recaudar el total de lo que costó, podrían proceder contra tus activos como un coche o tus muebles. Perderás todo el dinero que diste de enganche, mensualidades, gastos notariales, todo. 

Recuerda que dejar de pagar, no es cualquier cosa. Siempre ten ahorrado una suma de tres mensualidades, para que incluso, cuando estés desempleado o en una mala racha, puedas seguir pagando.