Hay personas que se alejan cuando escuchan la palabra crédito y prefieren pagar todas sus cuentas de contado, se rehúsan a sacar una tarjeta de crédito porque simple y sencillamente sienten que no la necesitan o les da miedo sobreendeudarse.
Por más buena que sea la capacidad de administrarse de una persona, llega un momento cuando se desea comprar algo más grande como una casa, un carro, ampliar un negocio o hacer frente a una emergencia, por lo cual se verán en la necesidad de pedir un préstamo bancario.
A pesar de esa solvencia impecable, recordemos que el Buró de Crédito no se trata solo de una lista de deudores, sino más bien, es la carta de presentación económica de cada uno de nosotros y si no existe un historial, en automático la solicitud de un crédito hipotecario o de liquidez es rechazada.
¿Por dónde empezar?
Si estás dispuesto a comenzar un historial crediticio, aplica los siguientes puntos:
- Evita tomar el camino fácil: Si tu solicitud fue rechazada no caigas en el error de acudir con un prestamista cuyos intereses serán por encima de lo permitido por la ley. Al poco tiempo te sentirás rebasado por la deuda y será muy tarde.
- Comienza tu historial: Hay acciones muy simples y rápidas que podemos hacer para generar historial, algunas de ellas son contratar un servicio domiciliado, un plan telefónico, solicitar una tarjeta de crédito al banco que maneja tu nómina. Es importante que tus pagos no superen el 30% de tus ingresos brutos y pagues días antes de tus fechas de pago, así como evitar dar el pago mínimo.
- Busca una institución financiera alternativa: Algunos bancos no piden tantos requisitos como los más comerciales, es vital que te acerques a un broker que sepa decirte cuál va de acorde a tus necesidades y que se encargue de hacer todo el trámite. Ellos sabrán negociar en tu nombre y guiarte en todo lo que necesites.
Así como existen muchos caminos para llegar a Roma, también los hay para obtener un crédito. ¡No te rindas a la primera! Ve en busca de alguien que conozca el mercado.
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